miércoles, 2 de marzo de 2011

La carrera nuclear

El Tratado sobre la no proliferación de armas nucleares, del que en la actualidad son partes 188 Estados (entre ellos, Alemania, España, Francia, Estados Unidos, Rusia e Irán), entró en vigor el 5 de marzo de 1970. La finalidad de este tratado es, en síntesis, doble. Por un lado, a fin de fomentar la confianza entre los Estados Parte, este Tratado promueve la no proliferación de armamento nuclear, así como el desarme general y completo. Por otra parte, se promueve la cooperación en lo que se refiere al acceso a la tecnología nuclear. Se establece además un organismo de supervisión, que es el Organismo Internacional de Energía Atómica.
Este convenio, preparado para la firma ya en 1968, es fruto de la necesidad de controlar los Estados que poseen armas atómicas, más aún en un periodo de máxima tensión entre las dos superpotencias mundiales del momento: Estados Unidos y la URSS.

Pero, ¿cuál es el origen de las armas atómicas?

En 1934, el físico Enrico Fermi realizó experimentos bombardeando uranio con neutrones lentos, deduciendo que éste se volvía radioactivo tras el experimento. Los experimentos fueron continuados, entre otros, por Otto Hahn y Lise Meitner, que concluyeron que uno de los productos obtenidos de tal experimento era el bario y no el radio. Meitner, exiliada en aquel momento en Estocolmo, fue informada de ello, y concluyó, junto con su sobrino O. Frisch que el núcleo de uranio se había dividido en dos y había liberado gran cantidad de energía. Estas conclusiones fueron aprovechadas por los Joliot, que teorizaron sobre la reacción en cadena, pues de la fisión del uranio se liberaban neutrones secundarios. Así pues, creo que se podría decir que se produce una progresión aritmética de razón 2. Posteriormente, Bohr y Wheeler concluyen que el isótopo 235 de uranio era más fácilmente fisionable que el isótopo 238 del mismo elemento.
Ya en el verano de 1939, Einstein y Szílard habían advertido al presidente Roosevelt sobre la posibilidad de que Alemania desarrollase la bomba atómica, así como promoviendo la búsqueda de uranio y la investigación en cadena, a fin de que Estados Unidos se adelantase en la carrera por hacerse con armamento nuclear. De este modo, será este Estado, el que logre la bomba atómica, aun cuando hasta ese momento sólo estaba interesado en la producción de energía atómica destinada a submarinos.
Cabe decir que el impulso inicial para construir armamento nuclear fue británico. Tras las reflexiones de Peierls y Frisch sobre la posibilidad de elaborar una bomba atómica potentísima con el isótopo 235 de Uranio, se formó la comisión de expertos MAUD y se inició el desarrollo del proyecto "Tube Alloys". No obstante, este proyecto fue revelado a Estados Unidos, dando comienzo al Proyecto Manhattan, dirigido por Oppenheimer.
El proyecto había de enfrentarse a cuatro problemas principales:
 
                  1.- Cómo extraer uranio-235, pues era necesaria una separación física del isótopo 238, dada su similitud.
                  2.- Halllar el tamaño de masa crítica para provocar la reacción en cadena.
                  3.- Cómo separar el plutonio, producto final de la reacción en cadena, del que en ese momento se desconocían las propiedades químicas.
                  4.- Los elementos manipulados eran radioactivos, por lo que existía un problema de seguridad en cuanto a la manipulación de los mismos.

Así pues, en 1942 se inició el Proyecto Manhattan sobre una base teórica (no probada) relativamente sencilla: una masa de Uranio-235 o Plutonio explotará con una violencia devastadora siempre que supere un tamaño crítico. Este tamaño crítico se conseguiría a partir de masas subcríticas (esto es, menores), que lograran crear la masa de forma casi instantánea para liberar toda la energía, pues la reacción en cadena es extremadamente rápida.
Una vez superados los problemas sobre las condiciones necesarias de detonación, el 16 de julio de 1945 se produjo la primera explosión con éxito en el desierto de Nuevo México, apenas tres semanas antes de bombardear Hiroshima y Nagasaki con "Little Boy" y "Fat Man".
Los dos ataques nucleares que dieron fin a la Segunda Guerra Mundial fueron totalmente inesperados. Asimismo, produjeron el inicio de una carrera por el armamento nuclear. Así, en 1949 fue la URSS quien explotó su primera bomba atómica; en 1952 fue Reino Unido; y en 1964, China. Pero este avance tecnológico no se detuvo en las bombas nucleares, pues en 1950, el Presidente Truman autorizó el programa de desarrollo de bombas termonucleares (más conocidas como Bombas-H), mucho más potentes que las bombas anteriores. Este programa tuvo éxito en 1952 para Estados Unidos, mientras que la URSS hubo de esperar un año para poseer este tipo de armas y Reino Unido hasta 1957.
A la par de estos logros bélicos, se investigaba sobre el uso civil de la energía nuclear.No obstante, aun cuando la URSS, Reino Unido y Francia mostraron interés por este uso civil, Estados Unidos no construyó su primera Central Nuclear hasta 1957.

En definitiva, que en 1968 se firmara el Tratado de no proliferación de armas nucleares es una consecuencia lógica, atendiendo al clima de tensión existente en la esfera política mundial, así como la carrera armamentística de los Estados, que evoca el rearme previo a la Segunda Guerra Mundial.
Actualmente, la energía nuclear está al orden del día, más aún cuando en España existe un debate en torno a la vida de las centrales nucleares, como es el caso de Santa María de Garoña, en Burgos. Desde el punto de vista armamentístico, tras 2003, con el inicio de la Guerra de Irak y actualmente con los procesos de enriquecimiento de Uranio iraníes, da la impresión de que el término "arma de destrucción masiva" se ha banalizado por su continua referencia en medios de comunicación. Ahora bien, es necesario recordar la capacidad de devastar de este tipo de armas, mirando hacia nuestra Historia del Tiempo Presente.

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