sábado, 21 de mayo de 2011

Homo digitalis 2.0

La campaña electoral de las elecciones municipales y autonómicas españolas, que finalizó ayer viernes, me ha permitido reflexionar sobre la gran importancia que las nuevas tecnologías tienen. Frente al clásico mitin, las redes sociales, especialmente Twitter se presentan como la nueva oralidad y la nueva forma de presentación en sociedad del siglo XXI. Aun cuando ésta sea una visión posmoderna, el ser humano, tal como lo conocíamos, ha dejado de existir para pasar a ser un nuevo ser que manifiesta su existencia a través de un interfaz, ya sea la pantalla de su ordenador o de su teléfono móvil de última generación, a través de los cuales están en continuo contacto con la realidad digital. 
Así pues, el espacio real  y virtual ya no son nuestros únicos dominios, sino que el espacio digital está ganando fuerza, dando lugar a que el ser humano (del Norte, por supuesto) concentre una gran parte de sus energías en el mundo digital, en detrimento del espacio real. En este sentido, el mundo digital nos permite interactuar en igualdad con los otros: todos somos unos y ceros en el mundo digital y las posibilidades de comunicación son espectaculares. 
El director del periódico Público publicaba hoy, en la edición escrita, qué sentido tenía la jornada de reflexión cuando Twitter es una ventana abierta a la opinión, imparable. Cuando el mundo digital es una ventana abierta a la comunicación y es imparable. Independientemente de la concurrencia de las elecciones del día de mañana, es cierto que la estructura de Twitter (un máximo de 140 caracteres por mensaje) es la toma de posición de la cultura oral frente a la escrita, si bien teniendo en cuenta que se desarrolla en el mundo digital y, por tanto, necesita de la oralidad necesita de la escritura como medio para expresarse. 


Por último, dejo aquí un curioso corto de Patrick Jean, que a través de un famoso videojuego plasma la digitalización de la vida, aun cuando su visión es catastrófica. El panorama que se presenta de cara a la futura sociedad del conocimiento, quizá sea el de un homo digitalis, en contraste con el homo faber.

domingo, 15 de mayo de 2011

La sociedad de la información

En la actualidad, manejamos una cantidad de datos muy grande. Ya no sólo almacenamos los datos de todo aquello que, en el entorno cercano de nuestro espacio real (nuestro barrio, nuestra universidad, nuestro círculo de amigos, etc.), observamos por primera vez; sino que la era digital está modificando la cantidad de información de la que disponemos, las formas de acceder a ella y, sobre todo, las formas de interaccionar con el mundo.
Respecto de la cantidad de información de la que disponemos, es indudable que nuestra generación tiene una mayor facilidad para encontrar datos que para generaciones anteriores sería difícil encontrar, dada la circulación de los datos en todas direcciones . Asimismo, la inmediatez (o cuasi inmediatez) en el acceso a dicha información es otra diferencia en comparación con generaciones anteriores. A través de la red y del mundo digital podemos conocer datos actualizados relativos casi a cualquier materia, de cualquier punto del mundo en un aquí y ahora. No obstante, es importante realizar un sesgo a tal cantidad de información, para prevenir una posible "desinformación".
A diferencia de la comunicación convencional, que tiene una limitadas sus fuentes, en la sociedad de la información, el acceso es multilateral a través de nuestra pantalla de ordenador, que actúa como interfaz, puede proceder de prácticamente todos los puntos. Además, no sólo somos consumidores de dichos datos, sino que también los producimos, como es el caso de los blogs.
Esta revolución tecnológica y social es, a diferencia de otras revoluciones sociales y políticas, silenciosa pero cada vez tiene mayor impacto. No obstante, hay una clara diferencia norte-sur en el uso y acceso a la tecnología, lo que provoca que la sociedad de la información excluya a gran parte de la población de continentes como África.
Asimismo, esta es una etapa de transición hacia un tipo de sociedad que aún desconocemos. El paso de la información al conocimiento es una posibilidad, si bien nos podemos desorientar durante el trayecto. El desenlace de este proceso se podrá observar en un futuro cercano. Nuestra generación será protagonista de un cambio al alcance de la Revolución Neolítica o la Revolución Industrial. Nuestro escepticismo ante este hecho se resolverá mediante un análisis con perspectiva, posterior a la actual etapa.

viernes, 6 de mayo de 2011

El registro sonoro desde nuestros padres a la actualidad

La sociedad que se está formando se caracteriza por estar en un constante proceso de innovación. Nos parecemos más a nuestro tiempo que a nuestros progenitores, pues los cambios acontecidos en apenas cuarenta años dan lugar a que, en una sola generación, la diferencia sea enorme. Ya no sólo son cambios de carácter político, que en España han tenido una gran trascendencia, sino también de carácter tecnológico y, en consecuencia, de carácter social. A mi juicio, el cambio social será especialmente perceptible en el momento en que las generaciones estén inmersas, desde su nacimiento, en las alteraciones que se están produciendo (las constantes innovaciones, el vivir con la tecnología sin ser conscientes de la presencia de ésta, etc.), pues los modos de relacionarse con el ecosistema varían a la par que la tecnología aporta innovaciones. Un ejemplo de ello puede ser el teléfono móvil, a través del cual estamos en contacto de forma casi permanente con nuestro entorno. 
Quiero incidir en una de las aserciones iniciales "nos parecemos más a nuestro tiempo que a nuestros progenitores", a través  de la música, desde los tocadiscos hasta los actuales Ipod. Desde las grabaciones analógicas a las grabaciones digitales.


Cuando nuestros padres, en los años setenta, escuchaban música, lo hacían a través de tocadiscos como los de la foto. Colocaban un disco de vinilo sobre el plato y, con sumo cuidado, situaban la aguja sobre el surco del disco. Los discos de vinilo tenían surcos en forma de espiral, perceptibles si se observaba atentamente, y sus grabaciones eran de una duración relativamente corta.




En 1979 se crea el Compact Disc, comúnmente conocido como CD. Éste es un formato digital, mucho más reducido en tamaño que los discos de vinilo, y con mayor capacidad de almacenamiento. Asimismo, tiene una mayor vida útil que los discos de vinilo, por cuanto los surcos de grabación son imperceptibles, con la salvedad de una mancha en el reverso del mismo cuando se observa al trasluz.

En 1995, comienza a comercializarse el formato digital .mp3 y posteriormente los reproductores .mp3, como el de la imagen. En comparación con un discman, la miniaturización es considerable. Pero además, la capacidad de almacenamiento y la calidad de sonido es mayor. Por tanto, no sólo se observa una miniaturización, sino un aumento de las prestaciones.
Este aumento de las prestaciones se observa actualmente en los Ipod, que pueden llegar a almacenar 160GB de música, pero que también funcionan como discos duros, o pueden reproducir vídeos.
En apenas cuarenta años, observamos el progreso de la tecnología: de unos grandes tocadiscos a un pequeños Ipod; de un disco de vinilo que podía grabar unas pocas canciones por cada cara a un dispositivo que almacena hasta 40.000 canciones.

Con este ejemplo tan cotidiano, a mi juicio, se puede observar una de las características de la tecnología en esta sociedad: su miniaturización y aumento de prestaciones. Nada tienen que ver los tocadiscos con los que nuestros padres escuchaban música, a los Ipod que cada día utilizamos.

viernes, 29 de abril de 2011

"El interior" de la tecnología

Como ya he comentado en entradas anteriores, la tecnología está presente en nuestras vidas de forma permanente. Cada día nos levantamos con el sonido de la alarma de nuestro radio despertador o de nuestro teléfono móvil de última generación. Mientras desayunamos, vemos el informativo matutino en televisión o encendemos nuestro ordenador portátil y leemos las ediciones digitales de prensa, gracias a nuestra conexión a Internet. Apenas han pasado unos minutos, y la tecnología es co-protagonista de nuestro día: en mayor o menor medida, la simplificación de los aparatos electrónicos permite que la sociedad actual los utilice diariamente. Ahora bien, ¿conocemos "el interior" de los mismos? De forma general, lo desconocemos.
Desconocemos cuáles son los componentes de estos aparatos, las materias primas utilizadas para fabricarlos, los fundamentos científicos  sobre los que se basan... Lo desconocemos prácticamente todo, salvo su uso. Si una persona, ajena a las nuevas tecnologías, nos pregunta cómo es posible que la presente entrada, una vez publicada, pueda ser leída en cualquier punto del mundo, la respuesta que obtendrá será insuficiente. Responderemos que es gracias a Internet y los ordenadores. A esta respuesta, le seguirán otra pregunta: qué es Internet, cómo funciona, qué es un ordenador, qué piezas lo componen...
Este fantasma de la ignorancia contrasta con una de las características de la sociedad actual: el acceso la información.
Remitiéndome a la Historia, es posible observar otras etapas donde el desconocimiento del funcionamiento interno de las cosas contrastaba con un uso o práctica generalizada en el entorno social. En la Edad Media, la religión dominaba la sociedad, si bien los conocimientos teológicos estaban limitados al cuerpo eclesiástico. Desde finales del siglo XVIII y especialmente a partir del siglo XIX, la industrialización trajo consigo una intensificación de la relación hombre-máquina. Los obreros interactuaban con las máquinas, si bien desconocían por completo su funcionamiento interno.
Ante este desconocimiento, surgen mecanismos de defensa, como son las supersticiones. Son famosas las supersticiones medievales, si bien hoy en día también existen estas falsas creencias, manifestadas de un modo u otro. Un ejemplo de ello es el neoludismo, que se opone al avance tecnológico porque aliena al ser humano, así como debido a su vinculación con los medios de producción y control de información. El término neoludismo hace referencia a los movimientos ludistas o mecanoclastas de principios del siglo XIX, que se oponían a la incorporación de la máquina en la industria, pues ésta sólo beneficiaría a los propietarios.

A modo de conclusión, he de señalar que los aparatos tecnológicos son auténticas cajas negras para sus usuarios. En el caso de los ordenadores, se ha pasado de usuarios que conocían los componentes de los mismos, pues el Apple I tenía que ser montado por el propio consumidor, a un total desconocimiento de su funcionamiento interno, su lenguaje de programación, etc. El conocimiento de estas cuestiones se reserva para un grupo que, a mi juicio, es una nueva élite: los científicos.

viernes, 15 de abril de 2011

La innovación y la obsolescencia


Una de las diferencias entre la sociedad que está en proceso de formación en la actualidad y las sociedades anteriores, es la innovación, presente en todos las esferas vitales. La innovación está presente tanto en las esferas menos trascendentes como en las más importantes para el desarrollo humano. Como ejemplo, podemos pensar en la tablet  desarrollada por Apple, denominada Ipad. En los primeros meses de 2010 fue presentado el Ipad y este año ya ha sido presentado el Ipad 2. El primer modelo constituyó una innovación respecto de la relación que el usuario establece con el interfaz, pues desde los años ochenta el usuario interacciona a través del teclado y el ratón, mientras que ahora el usuario interactúa directamente, ya que la pantalla es táctil. El Ipad 2 constituye una innovación respecto del anterior modelo de Apple, así como en relación con otras tablets desarrolladas por otras compañías.
Junto con la constante innovación, es necesario hablar de la obsolescencia. La aparición de nuevos modelos hace que los anteriores vayan quedando en desuso. Pero no solo son los modelos los que quedan obsoletos, sino también aquellas personas que no se adaptan a esos nuevos modelos. Un ejemplo es la moda. Cada año cambian las tendencias y, en consecuencia, el tipo de ropa que la sociedad viste. Por ello, no adaptarse a estos cambios podría implicar no adaptarse socialmente. Este es un caso sencillo, pero existen otros que tienen mayor trascendencia. Un ejemplo podría ser el abandono de las máquinas de escribir, que han sido sustituidas por los ordenadores personales, pasando a ser un objeto de colección.
Uno de los cambios más importantes que se están produciendo actualmente en este aspecto es la transición del libro códice tradicional al libro electrónico. En un futuro casi inmediato, el libro electrónico será una realidad generalizada. La pregunta es: ¿cuál será el futuro del libro códice?  A mi juicio, se quedará reducido a un pequeño grupo de bibliófilos, del mismo modo que los discos de vinilo se han limitado a un reducido grupo de melómanos, pues en el futuro, tratar de imponer el libro códice sobre el libro electrónico será tan difícil como tratar de imponer los discos de vinilo sobre los formatos musicales actuales (mp5, mp4, etc.).

jueves, 7 de abril de 2011

Ecosistema artificial

Desde que los primeros homínidos golpearon una piedra con el fin de utilizarla como herramienta, se ha ido conformando una esfera artificial, creada por el ser humano y en la que se encuentra inserto, formada por partes que por sí solas parecen carecer de importancia, si bien en su conjunto forman un ecosistema artificial donde se interrelacionan y cobran sentido.
El desarrollo de este ecosistema artificial se ha ido produciendo en conjunción con el dominio del ser humano sobre el ecosistema natural, que se ha visto seriamente afectado. A modo de ejemplo, la introducción de conejos en Australia durante el período de colonización británica provocó, y aún hoy en día sigue provocando, graves problemas en el ecosistema australiano, pues su capacidad reproductiva le permite ser una especie altamente invasiva, desplazando e incluso produciendo la extinción de las especies autóctonas.
A mi juicio, se podría decir que es a partir de la Primera Revolución Industrial, en el siglo XVIII, cuando el dominio del ecosistema artificial sobre el ecosistema natural y el cambio de relaciones entre este último y el ser humano comienza a manifestarse de forma más clara. El inicio del éxodo hacia núcleos urbanos y el desarrollo tecnológico e industrial provocó un cambio radical en los modos de vida y en la explotación de la Naturaleza que hasta entonces no había existido. A partir del momento indicado, la rapidez con que se produce el desarrollo tecnológico, a lo largo del siglo XIX y primera mitad del siglo XX, es enorme (el impulso de los transportes, la industria siderúrgica y metalúrgica, el uso de hidrocarburos, etc.).
No obstante, es a partir de la segunda mitad del siglo XX, durante la Guerra Fría, y especialmente en el período actual cuando se densifica el ecosistema artificial. Esto es, el ser humano ha pasado a relacionarse principalmente con un ecosistema artificial, sobre todo en los núcleos urbanos, pero también en los rurales. Así, nos encontramos rodeados de elementos creados por el ser humano, que le complementan y han llegado a ser indispensables en su vida. Elementos que además se interrelacionan entre sí para formar ese todo que es el ecosistema artificial. A modo de ejemplo, la fuerza animal precisada para cultivar en etapas anteriores, ahora se sustituye por tractores y otro tipo de maquinaria altamente tecnificada que realiza prácticamente todo el trabajo. El tractor o el arado no tienen sentido sino de forma conjunta y para el destino que el ser humano a planteado para dichos elementos (se observa la interrelación de los elementos y su relación con el ser humano).

Para finalizar, reconocida la gran densificación del ecosistema artificial, es necesario comprender que el ritmo de desarrollo que se ha venido manteniendo es insostenible, pues va camino de la destrucción del ecosistema natural. Por ello, uno de los objetivos de la actual sociedad  tecnológica, entre muchos, es la revolución de las fuentes energéticas,  sustituyendo el carbón y el petróleo por otras fuentes de energía menos contaminantes y más duraderas. 

jueves, 31 de marzo de 2011

Ética y sociedad tecnológica

En las entradas anteriores me he venido refiriendo a los procesos de formación de la sociedad tecnológica actual, derivados del desarrollo de la energía nuclear, la tecnología informática y las comunicaciones globales. En este momento, mi pregunta es la siguiente: ¿existen compromisos éticos en la sociedad tecnológica?
El derrame tecnológico ha dado lugar a una nueva relación entre el ser humano y la naturaleza, basado en una tecnologización de la vida y un control del entorno por parte del ser humano, que diferencia nuestra sociedad de las sociedades anteriores. Así pues, la tecnología, concebida como fenómeno universal, ha dado lugar  a la transformación de la sociedad. Es importante destacar la mayor interacción social (derivada del desarrollo de los sistemas de comunicaciones, principalmente) y, en consecuencia, la formación de estructuras sociales, culturales o económicas cada vez más complejas e interrelacionadas. En este sentido, la tecnología ha dado lugar a una profunda transformación cultural, creando lo que se ha venido denominando homo faber, esto es, un ser humano pragmático que, a su vez, desarrolla una nueva ética,  de carácter pragmático.
En 1984, HANS JONAS[1] señalaba que era necesario desarrollar una nueva ética para contener los hechos derivados del surgimiento de la nueva sociedad tecnológica. Así, se puede formular una ética de la tecnología (considerada como un todo) que reconfigure las relaciones sociedad-tecnología. En este sentido, sería preciso tener en cuenta las consecuencias del desarrollo tecnológico, el impacto ambiental y social, los riesgos, etc. A mi juicio, el desarrollo de sociedades dinámicas tiene como efecto secundario la incertidumbre provocada por la compleja red de estructuras surgida. Por ello, son necesarios ciertos compromisos éticos respecto de la tecnología que permita cierto control de la misma (por ejemplo, en relación con la incertidumbre o la privacidad).
Ya a finales de los años cuarenta e inicios de los años cincuenta, los científicos nucleares mostraban su preocupación respecto de las posibles consecuencias políticas derivadas del desarrollo de armas nucleares. En 1946, ALBERT EINSTEIN señalaba que la guerra moderna, la bomba (atómica) y otros descubrimientos se nos presentan […] no como un problema de física sino de ética[2]. Estos científicos promovieron un nuevo modo de pensamiento a través d ela creación de Bulletin of Atomic Scientist (posteriormente denominado Science and Human Affairs) y el movimiento Pangwash, contrario a la proliferación de armas nucleares.
Posteriormente, a finales de los años setenta, surge un movimiento ambiental contrario al desarrollo de nuevas armas nucleares y a la energía nuclear; oposición en gran parte alimentada por el accidente de Three Mile Island (Estados Unidos) en 1983 y el accidente de Chernobyl (actual Ucrania) en 1986. El fin de la Guerra Fría y de la política de bloques planteó nuevas cuestiones éticas respecto de la energía nuclear y las armas nucleares, que aún se tratan de responder en la actualidad. Entre ellas se encuentran el planteamiento de los beneficios y riesgos de la energía nuclear, o la seguridad en el funcionamiento de las centrales nucleares; que han cobrado fuerza tras los problemas de las centrales japonesas, derivadas del terremoto de 11 de marzo.
Asimismo, también se ha planteado una ética de las tecnologías de comunicación e información. El desarrollo tecnológico en estos campos ha producido un cambio profundo en la cultura humana, especialmente en lo relativo al acceso a la información y la abundancia de ésta. Tal como señala MITCHAM[3], la sustitución del término conocimiento por el término información es una muestra de esta transformación. Objeto de revisión, deberían ser los temas derivados de la privacidad y confidencialidad, así como de la garantía de seguridad en la red.
  
A modo de conclusión, considero que todos aquellos aspectos que afectan a la sociedad han de ser analizados desde un trasfondo ético, sin que ello debiera implicar un desajuste entre la moral de una sociedad y los avances tecnológicos.

NOTAS:

[1] JONAS, H.: "The imperative of Responsability: In Search of an Ethics for the Technological Ace". En GONZÁLEZ GARCÍA, M., LÓPEZ CEREZO, J.A. y LUJÁN LÓPEZ, J.L.: Ciencia, Tecnología y Sociedad. Una Introducción al estudio social de la ciencia y la tecnología. Madrid, Tecnos, 1996, pp. 217-218.


[2] EINSTEIN, A.: "The Real Problem Is in the Hearts of Men". En ídem, p.197


[3] MITCHAM, C.: "Cuestiones éticas en Ciencia y Tecnología: análisis introductorio y  bibliografía". En ídem, p.211.
 

martes, 22 de marzo de 2011

Поехали! (¡Vámonos!)

El 4 de octubre de 1957, la URSS pone en órbita el primer satélite artificial de la Historia, llamado Sputnik I. El siguiente gran paso también vendrá dado por la URSS, que el 12 de abril de 1961 consigue realizar el primer vuelo espacial tripulado. La nave Vostok I fue tripulada por Yuri Gagarin en un vuelo alrededor de la órbita terrestre de aproximadamente noventa minutos.

¿Qué avances tecnológicos hicieron posible la conquista del espacio?

A principios del siglo XX, los principales proyectos de investigación aeroespacial fueron desarrollados en Rusia, Estados Unidos y Alemania, si bien ninguno de estos proyectos fue auspiciado por las autoridades gubernamentales de estos países.
En 1903 en Rusia, K.E. Ciolkovski publicó "Exploración del espacio exterior mediante aparatos de reacción", obra que establece los conceptos básicos del vuelo extraterrestre. En 1929, este físico consiguió lanzar un cohete de varias fases. Se denomina así porque a cada fase del vuelo se le aplica de forma independiente la ecuación desarrollada por el propio físico, de tal manera que puede haber un impulso distinto para cada fase.
Por su parte, Goddard realizó experimentos en Estados Unidos, ampliando las teorías de Ciolkovski. Así, en 1926 construye el primer cohete de oxígeno líquido y gasolina, al descubrir que la potencia es mayor  con combustible líquido (hasta entonces, el combustible era sólido), cuya finalidad son las investigaciones metereológicas.
En Alemania, H. Oberth escribe en los años veinte "El cohete en el espacio planetario", donde desarrolla su teoría de la propulsión por cohete. A partir de su teoría, diseñó, junto con sus alumnos, una nave espacial propulsada por combustible líquido, llamada Kegeldüse. Asimismo, Riedel desarrolló el cohete MIRAK. Estos experimentos interesaron al Gobierno alemán, motivado por el Tratado de Versalles, que a través del Departamento de Desarrollo de Armamento desarrolló la estación experimental de cohetes de Peenemunde, donde fue contratado W. von Braun, que en 1937 es nombrado director de la misma.
Ya en 1935, fueron diseñados los cohetes de serie A, que alcanzaban hasta 2'3 kilómetros y los aviones a reacción V1. Las mejoras técnicas (aerodinámica, materiales, etc.) permitieron la construcción de los cohetes V2, propulsado por oxígeno y alcohol, con un alcance de 190 kilómetros, una altura de 96 kilómetros y una velocidad de casi 5000 kilómetros hora. En septiembre de 1944, fueron lanzados alrededor de un millar de cohetes V2, contra el sur de Inglaterra, provocando más bien un efecto psicológico, pues la Guerra en Europa ya se inclinaba a favor de los aliados. Cuando estos toman Peenemunde, von Braun se marchará a Estados Unidos, donde en 1960 es nombrado director del Centro de Vuelo Espacial George C. Marshall.

Como ya se ha ido comentando en entradas anteriores, la Guerra Fría será una guerra tecnológica con un gran coste económico, por lo que, al igual que la energía nuclear y la informática, la cohetería se desarrollará de forma muy rápida. Así, en 1947 la URSS trabajará en el misil balístico intercontinental, llamado T3, probado en 1957, con un alcance de 8000 kilómetros, . Por su parte, en 1958, Estados Unidos desarrollará el cohete Thor, con un alcance de 1900 kilómetros, si bien un año más tarde el Atlas-D tendrá unas características comparables al T3.
Estos avances no se limitan a la cohetería, sino que propiciarán la carrera espacial, iniciada en 1957 por la URSS con la puesta en órbita del primer satélite artificial, el Sputnik I.  En 1958, Estados Unidos pondrá en órbita su primer satélite artificial, Explorer I; y en 1960 lanzará el satélite Tiros I, primer satélite metereológico de la Historia. Ese mismo año, se lanzará Echo I, primer satélite de comunicaciones, utilizado como reflector pasivo de las señales. Sólo dos años más tarde se pondría en órbita el satélite Telstar I, primer satélite activo de comunicaciones, gracias al cual pudo realizarse la primera retransmisión televisiva entre Estados Unidos y Europa de la Historia. Sin embargo, la URSS no pondrá en órbita su primer satélite de comunicaciones hasta 1965, denominado Molniya I.
De forma paralela se producirá la llegada del ser humano al espacio. Se inicia con el vuelo espacial de Yuri Gagarin a bordo de Vostok I en 1961. La respuesta estadounidense vendrá en 1962 con el vuelo orbital de John Glenn. Posteriormente, en 1964, la URSS da un paso más allá al realizar un viaje tripulado por tres personas en la nave Vosjod I. Del mismo modo, tendrán gran importancia los dos primeros paseos espaciales, realizados en 1965, primero por la URSS y meses después por Estados Unidos, que suponen la superación de todas las condiciones atmosféricas desfavorables para el ser humano (radiación, temperatura, gravedad, etc.), claves para el primer alunizaje en 1969. Este año será clave en la Historia aeorespacial, por cuanto Estados Unidos logra que el ser humano pisa la Luna.

Durante los años setenta, ambas superpotencias ponen en órbita su primera estación orbital. En 1971 la estación soviética Salyut, y en 1973, la estación estadounidense Skylab.

Las conexiones televisivas en directo con un reportero situado al otro lado del planeta son actualmente habituales, así como unas previsiones metereológicas muy exactas o las comunicaciones telefónicas. En definitiva, en la actualidad es posible estar en contacto de forma instantánea con las partes más remotas del planeta. Los inicios fueron dados por Ciolkovski, su desarrollo en plena Guerra Fría y su derrame a la sociedad, aproximadamente desde hace unos cuarenta años. En 1981, Estados Unidos construye el primer transbordador Columbia, que finalizó su actividad en 2003 debido al famoso accidente. En 1986, la URSS construye la Estación Espacial MIR, que será la primera estación continuamente habitada del planeta. Pero lo más sorprendente es la construcción en órbita, desde 1998, de la Estación Espacial Internacional, proyecto en el que participan numerosos Estados, como Rusia, Estados Unidos, países europeos o Japón.

La pregunta es:  ¿cuál será el próximo gran paso en la conquista del espacio?


El siguiente vídeo es un fragmento de la película de Fritz Lang "Frau im Mond" ("Woman in the Moon"). Esta destaca por ser una de las primeras películas de ciencia ficción de la Historia, así como por la participación de H. Oberth en el diseño del cohete.

miércoles, 16 de marzo de 2011

De Bletchley Park a la actualidad

 
Uno de los acontecimientos históricos que marcan la formación de la actual sociedad tecnológica se produjo en una localidad inglesa, al sudoeste de Londres, llamada Bletchley, donde en 1944 se encontraba la Escuela Gubernamental de Códigos y Cifras del Reino Unido.  En plena II Guerra Mundial, la referida Escuela fue convertida en instalación militar donde se llevó a cabo el denominado “Proyecto Colossus”. El objetivo de este proyecto era descifrar los mensajes militares alemanes, codificados con la máquina Enigma. La característica principal de esta máquina consistía en poder codificar los mensajes alemanes, siendo descodificados por el receptor de los mismos. Asimismo, el periódico cambio de los códigos hacía que los aliados no lograsen descifrar los mensajes. Un ejemplo de ello es la ineficacia de la máquina “Bomba”, construida por Polonia.
Así pues, la finalidad del proyecto desarrollado en Bletchley Park era descifrar los mensajes de la máquina “Enigma” mediante sistemas lógicos y tecnología. Esto es, a través de los conocimientos científicos. Para ello, la figura de A. Turing, que ya en 1936 había concebido la lógica de la máquina universal, fue imprescindible. Bajo las presiones del Gobierno Británico, así como una gran inversión por su parte, se logró desarrollar el proyecto “Colossus”, nombre que hace referencia a la máquina que descifraría los mensajes alemanes, imprescindible para el éxito del Desembarco de Normandía en junio de 1944. 

La construcción de “Colossus”, compuesto por lámparas de vacío, es un paso de gigante en la Historia de la Computación. Entre tanto, en 1941 K. Zuse construyó “Z3”, una máquina de cálculos alemana, utilizada para facilitar los cálculos necesarios para el desarrollo de los cohetes V2, proyecto dirigido por von Braun. Asimismo, en 1946 se construyó en Estados Unidos “ENIAC” (Electronic Numerical Integrator and Calculator), que facilitaba los cálculos para el desarrollo del armamento atómico. Por tanto, se podría decir que el desarrollo de la computación es un camino paralelo al desarrollo de otras tecnologías como la cohetería y la energía atómica. No obstante, a diferencia de lo que ocurrirá posteriormente, estas computadoras se limitaban a realizar complejos cálculos de forma muy rápida. Pese a que los cálculos de “Colossus” eran utilizados con fines informativos, no será hasta los años 50 cuando los ordenadores realicen cálculos e informen al mismo tiempo.
La II Guerra Mundial dio paso a la consecución de dos superpotencias, Estados Unidos y la URSS, que se hallaban en posesión de armas con una capacidad de destrucción indiscriminada. La confrontación de intereses y la constante tensión entre ambos Estados y sus respectivos bloques dará lugar al inicio de la Guerra Fría. Se puede decir que la Guerra Fría es una guerra tecnológica, basada en un equilibrio de poder entre ambas superpotencias. Equilibrio de poder que es equilibrio de terror por cuanto se construye a partir de un descomunal desarrollo tecnológico con fines militares.
En este sentido, Estados Unidos investiga en la creación de computadores de menor tamaño y mayor potencia, a fin de crear un sistema guiado de cohetes cargados con bombas nucleares. En lenguaje coloquial, los científicos e ingenieros estadounidenses trataban de aunar potencia y tamaño, con el objetivo de construir cohetes “teledirigidos” (en contraste con las bombas atómicas caídas sobre Hiroshima y Nagasaki, que habían sido lanzadas por aviones pilotados).
Este rapidísimo desarrollo tecnológico suscitó dos debates de carácter social y ético en torno al uso de la informática. El primer debate se produjo entre los científicos von Neumann, defensor de la informática aplicada exclusivamente a fines militares; y N. Wiener, que apoyaba el derrame de la informática en la sociedad. Ante este debate, se impuso la postura de von Neumann, de tal manera que la informática continuó limitada al ámbito militar. El segundo conflicto se produjo entre el propio von Neumann y Presper Eckert y J. Mauchly. Estos, a partir de los conocimientos adquiridos en el desarrollo de ENIAC, crearon en 1951 el ordenador UNIVAC, con fines comerciales. En este sentido, UNIVAC I fue utilizado para calcular el censo de Estados Unidos, así como los resultados electorales de las elecciones de 1952, ganadas por Eisenhower.
Como ya se adelantó previamente, no es hasta los años 50 cuando se desarrollan ordenadores capaces de informar y calcular al mismo tiempo. El temor estadounidense a un ataque por parte de la URSS dio lugar a que el Gobierno de Estados Unidos encargar la construcción de la red SAGE (Semi-Automatic Ground Environment). Al igual que en el caso del Proyecto Manhattan, este proyecto se desarrollará de forma conjunta por una institución pública, el MIT (Massachussets Institute of Technology) y una empresa, que será IBM. El resultado de este proyecto fue la creación de una red de centros con ordenadores que gestionaban la información proporcionada por aproximadamente un centenar de radares. Así pues, el poder político y el poder económico de un Estado se dirigían hacia los mismos objetivos. SAGE tuvo consecuencias civiles, pues de él derivaba el sistema de expedición de billetes de avión de la compañía American Airlines.

No será hasta los años 70 cuando la tecnología informática inicie su derrame en la sociedad. El impulso de esta revolución vendrá dado por los fundadores de la compañía Apple, Steve Jobs y Steve Wozniac. Sus conocimientos electrónicos, junto con ideas respecto de la extensión de la informática a la ciudadanía, no limitándose al Estado y las grandes empresas, permitieron el desarrollo de Apple I en 1975. Este es un paso de gigante que permitirá la consecución de otros proyectos como el desarrollo del mouse (que será incorporado en el modelo Macintosh) o el primer lenguaje de programación, fruto del trabajo de Paul Allen y Bill Gates. 

En la actualidad, la incorporación de la tecnología informática en nuestra vida diaria es tal, que la hemos asumido sin plantearnos cuáles son sus orígenes o qué acontecimientos permitieron su acercamiento a la ciudadanía.  Además, la informática ya no es una herramienta limitada al cálculo o la obtención de información. Es una forma de vida, ya que a través del interfaz nos introducimos en un espacio digital en el que desarrollamos experiencias virtuales de todo tipo. La tecnología se ha introducido de tal modo en nuestras vidas que un pequeño colapso podría paralizar el mundo en que vivimos.  

Para finalizar esta entrada, cuelgo un fragmento de un capítulo de la serie "The Simpsons" sobre el famoso "Efecto 2000", que finalmente no tuvo consecuencias.






jueves, 3 de marzo de 2011

El progreso tecnológico en imágenes

Cohete V-2, desarrollado bajo la dirección de von Bauer.

El cohete espacial Volstok 1, a bordo del cual Yuri Gagarin realizó el primer vuelo tripulado en 1961.

Primer vuelo de la lanzadera espacial Columbia, en 1981.

"Colossus", primer ordenador de la Historia

Ordenador "Apple I", primer ordenador de Apple

Ordenador "Altair 8800", primer ordenador de Microsoft.

Un ordenador actual

La bomba "Little Boy", bomba lanzada sobre Hiroshima.

Bomba termonuclear

miércoles, 2 de marzo de 2011

La carrera nuclear

El Tratado sobre la no proliferación de armas nucleares, del que en la actualidad son partes 188 Estados (entre ellos, Alemania, España, Francia, Estados Unidos, Rusia e Irán), entró en vigor el 5 de marzo de 1970. La finalidad de este tratado es, en síntesis, doble. Por un lado, a fin de fomentar la confianza entre los Estados Parte, este Tratado promueve la no proliferación de armamento nuclear, así como el desarme general y completo. Por otra parte, se promueve la cooperación en lo que se refiere al acceso a la tecnología nuclear. Se establece además un organismo de supervisión, que es el Organismo Internacional de Energía Atómica.
Este convenio, preparado para la firma ya en 1968, es fruto de la necesidad de controlar los Estados que poseen armas atómicas, más aún en un periodo de máxima tensión entre las dos superpotencias mundiales del momento: Estados Unidos y la URSS.

Pero, ¿cuál es el origen de las armas atómicas?

En 1934, el físico Enrico Fermi realizó experimentos bombardeando uranio con neutrones lentos, deduciendo que éste se volvía radioactivo tras el experimento. Los experimentos fueron continuados, entre otros, por Otto Hahn y Lise Meitner, que concluyeron que uno de los productos obtenidos de tal experimento era el bario y no el radio. Meitner, exiliada en aquel momento en Estocolmo, fue informada de ello, y concluyó, junto con su sobrino O. Frisch que el núcleo de uranio se había dividido en dos y había liberado gran cantidad de energía. Estas conclusiones fueron aprovechadas por los Joliot, que teorizaron sobre la reacción en cadena, pues de la fisión del uranio se liberaban neutrones secundarios. Así pues, creo que se podría decir que se produce una progresión aritmética de razón 2. Posteriormente, Bohr y Wheeler concluyen que el isótopo 235 de uranio era más fácilmente fisionable que el isótopo 238 del mismo elemento.
Ya en el verano de 1939, Einstein y Szílard habían advertido al presidente Roosevelt sobre la posibilidad de que Alemania desarrollase la bomba atómica, así como promoviendo la búsqueda de uranio y la investigación en cadena, a fin de que Estados Unidos se adelantase en la carrera por hacerse con armamento nuclear. De este modo, será este Estado, el que logre la bomba atómica, aun cuando hasta ese momento sólo estaba interesado en la producción de energía atómica destinada a submarinos.
Cabe decir que el impulso inicial para construir armamento nuclear fue británico. Tras las reflexiones de Peierls y Frisch sobre la posibilidad de elaborar una bomba atómica potentísima con el isótopo 235 de Uranio, se formó la comisión de expertos MAUD y se inició el desarrollo del proyecto "Tube Alloys". No obstante, este proyecto fue revelado a Estados Unidos, dando comienzo al Proyecto Manhattan, dirigido por Oppenheimer.
El proyecto había de enfrentarse a cuatro problemas principales:
 
                  1.- Cómo extraer uranio-235, pues era necesaria una separación física del isótopo 238, dada su similitud.
                  2.- Halllar el tamaño de masa crítica para provocar la reacción en cadena.
                  3.- Cómo separar el plutonio, producto final de la reacción en cadena, del que en ese momento se desconocían las propiedades químicas.
                  4.- Los elementos manipulados eran radioactivos, por lo que existía un problema de seguridad en cuanto a la manipulación de los mismos.

Así pues, en 1942 se inició el Proyecto Manhattan sobre una base teórica (no probada) relativamente sencilla: una masa de Uranio-235 o Plutonio explotará con una violencia devastadora siempre que supere un tamaño crítico. Este tamaño crítico se conseguiría a partir de masas subcríticas (esto es, menores), que lograran crear la masa de forma casi instantánea para liberar toda la energía, pues la reacción en cadena es extremadamente rápida.
Una vez superados los problemas sobre las condiciones necesarias de detonación, el 16 de julio de 1945 se produjo la primera explosión con éxito en el desierto de Nuevo México, apenas tres semanas antes de bombardear Hiroshima y Nagasaki con "Little Boy" y "Fat Man".
Los dos ataques nucleares que dieron fin a la Segunda Guerra Mundial fueron totalmente inesperados. Asimismo, produjeron el inicio de una carrera por el armamento nuclear. Así, en 1949 fue la URSS quien explotó su primera bomba atómica; en 1952 fue Reino Unido; y en 1964, China. Pero este avance tecnológico no se detuvo en las bombas nucleares, pues en 1950, el Presidente Truman autorizó el programa de desarrollo de bombas termonucleares (más conocidas como Bombas-H), mucho más potentes que las bombas anteriores. Este programa tuvo éxito en 1952 para Estados Unidos, mientras que la URSS hubo de esperar un año para poseer este tipo de armas y Reino Unido hasta 1957.
A la par de estos logros bélicos, se investigaba sobre el uso civil de la energía nuclear.No obstante, aun cuando la URSS, Reino Unido y Francia mostraron interés por este uso civil, Estados Unidos no construyó su primera Central Nuclear hasta 1957.

En definitiva, que en 1968 se firmara el Tratado de no proliferación de armas nucleares es una consecuencia lógica, atendiendo al clima de tensión existente en la esfera política mundial, así como la carrera armamentística de los Estados, que evoca el rearme previo a la Segunda Guerra Mundial.
Actualmente, la energía nuclear está al orden del día, más aún cuando en España existe un debate en torno a la vida de las centrales nucleares, como es el caso de Santa María de Garoña, en Burgos. Desde el punto de vista armamentístico, tras 2003, con el inicio de la Guerra de Irak y actualmente con los procesos de enriquecimiento de Uranio iraníes, da la impresión de que el término "arma de destrucción masiva" se ha banalizado por su continua referencia en medios de comunicación. Ahora bien, es necesario recordar la capacidad de devastar de este tipo de armas, mirando hacia nuestra Historia del Tiempo Presente.

domingo, 27 de febrero de 2011

Historia del Tiempo Presente

El periodo que sigue a la Segunda Guerra Mundial ha venido constituyendo un nuevo campo de estudio para los historiadores que se denomina Historia del Tiempo Presente. La Historia del Tiempo Presente es, en palabras de Mudrovcic, "aquella historiografía que tiene por objeto acontecimientos o fenómenos sociales que constituyen recuerdos de al menos una de las tres generaciones que comparten una de las un mismo proceso histórico". Su objeto de estudio, tal como señala Aróstegui, es la "historia de los hombres vivos, de la sociedad existente". Por tanto, la interacción entre presente y pasado es la característica fundamental de esta disciplina en contraste con el estudio de otros períodos históricos. Asimismo, no sólo existe una interacción entre presente y pasado, sino también entre presente y futuro. De dónde venimos y hacia dónde  vamos no son sólo preguntas metafísicas a las que la Filosofía o la Religión intentan dar respuesta. Nuestro presente no tiene sentido sin la comprensión del pasado reciente o la constante incertidumbre respecto del futuro.
La construcción del presente con base en la memoria colectiva necesita de una ciencia transdisciplinar que englobe estudios sociológicos, antropológicos y prospectivos. Del mismo modo, el testimonio oral una fuente específica de la historiografía del tiempo presente, pues sólo su objeto de estudio permite el recurso a entrevistas. No obstante, el problema fundamental es paliar la subjetividad tanto del testigo como la subjetividad del propio historiador. Otro problema, ya señalado, es la incertidumbre sobre lo que ocurrirá en el futuro, debido a que historiadores de otros periodos conocen qué ocurrió tras el período que investiga.

En definitiva, Historia del Tiempo Presente es, a mi juicio, el estudio de cómo se construye el presente que, a su vez, dará lugar al estudio de cómo será el futuro.